MILÁN – En la mayoría de los países desarrollados, una jubilación con tiempo libre para el esparcimiento es una de las grandes innovaciones socioeconómicas del siglo pasado. Sin embargo, rápidamente se está convirtiendo en un lujo que pocos países pueden permitirse, especialmente en Europa. Es posible que los jubilados que disfrutan de una segunda juventud no quieran escuchar esto, pero ya es hora de que los gobiernos hagan que las pensiones públicas se condicionen en parte al trabajo comunitario.
MILÁN – En la mayoría de los países desarrollados, una jubilación con tiempo libre para el esparcimiento es una de las grandes innovaciones socioeconómicas del siglo pasado. Sin embargo, rápidamente se está convirtiendo en un lujo que pocos países pueden permitirse, especialmente en Europa. Es posible que los jubilados que disfrutan de una segunda juventud no quieran escuchar esto, pero ya es hora de que los gobiernos hagan que las pensiones públicas se condicionen en parte al trabajo comunitario.