Nueva York – El Presidente George W. Bush consideró con razón las recientes elecciones nacionales y provinciales del Pakistán “una victoria para [su] pueblo”, pero, en el preciso momento en que pronunciaba esas palabras, su gobierno estaba actuando entre bastidores para subvertir la voluntad del pueblo del Pakistán al intentar dictar la composición de su próxima coalición de gobierno y apoyar al mayor perdedor de las elecciones, el Presidente Pervez Musharraf. Bush se está entregando a un juego peligroso, que entraña el riesgo de deteriorar el proceso político del Pakistán, en pro de su legado histórico.
Nueva York – El Presidente George W. Bush consideró con razón las recientes elecciones nacionales y provinciales del Pakistán “una victoria para [su] pueblo”, pero, en el preciso momento en que pronunciaba esas palabras, su gobierno estaba actuando entre bastidores para subvertir la voluntad del pueblo del Pakistán al intentar dictar la composición de su próxima coalición de gobierno y apoyar al mayor perdedor de las elecciones, el Presidente Pervez Musharraf. Bush se está entregando a un juego peligroso, que entraña el riesgo de deteriorar el proceso político del Pakistán, en pro de su legado histórico.