Parlamentos y Pactos

JOHANNESBURGO – En la reciente 17° Conferencia de las Partes (COP-17) de las Naciones Unidas que se celebró en Durban, Sudáfrica, se logró renovar el Protocolo de Kyoto, cuyo objetivo es reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la reunión puso de relieve los dos principales problemas de las negociaciones ambientales internacionales. El primero, el escepticismo no científico, afecta al segundo, el fracaso de las acciones colectivas. En última instancia, sólo los órganos legislativos tienen las facultades para subsanar ese fracaso.

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