El nacimiento de Louise Brown en 1978, y con ella el de la fertilización in vitro (FIV) del ser humano, fue una piedra angular de la ciencia clínica. El método de extraer óvulos de los ovarios de una mujer, fertilizarlos fuera de su cuerpo y transferir el resultante embrión a su útero permitió el tratamiento efectivo de la infertilidad femenina causada por el daño irreversible de las trompas de falopio. Desde entonces, la rápida innovación ha llevado a nuevas aplicaciones para la FIV y a otras tecnologías reproductivas asistidas.
El nacimiento de Louise Brown en 1978, y con ella el de la fertilización in vitro (FIV) del ser humano, fue una piedra angular de la ciencia clínica. El método de extraer óvulos de los ovarios de una mujer, fertilizarlos fuera de su cuerpo y transferir el resultante embrión a su útero permitió el tratamiento efectivo de la infertilidad femenina causada por el daño irreversible de las trompas de falopio. Desde entonces, la rápida innovación ha llevado a nuevas aplicaciones para la FIV y a otras tecnologías reproductivas asistidas.