KARACHI – Cuando el nuevo coronavirus llegó a Pakistán a fines de febrero, hubo muchas dudas respecto de la capacidad del país para manejar la carga de enfermedad adicional. Los casos de COVID‑19 aumentaban rápidamente a la par del regreso de viajeros desde otras zonas de la región con alta prevalencia, y había que reforzar con urgencia el sistema de salud pública.
KARACHI – Cuando el nuevo coronavirus llegó a Pakistán a fines de febrero, hubo muchas dudas respecto de la capacidad del país para manejar la carga de enfermedad adicional. Los casos de COVID‑19 aumentaban rápidamente a la par del regreso de viajeros desde otras zonas de la región con alta prevalencia, y había que reforzar con urgencia el sistema de salud pública.