Los delitos violentos socavan las sociedades del mismo modo como dañan a las víctimas individuales. De hecho, muchos países de América Latina y el Caribe se encuentran atrapados en un círculo vicioso: los ciudadanos han dejado de confiar en el sistema de justicia penal porque éste no puede seguir el ritmo del aumento de los índices de criminalidad. Para que las economías y democracias de América Latina florezcan, es necesario restituir la fe en estas instituciones fundamentales.
Los delitos violentos socavan las sociedades del mismo modo como dañan a las víctimas individuales. De hecho, muchos países de América Latina y el Caribe se encuentran atrapados en un círculo vicioso: los ciudadanos han dejado de confiar en el sistema de justicia penal porque éste no puede seguir el ritmo del aumento de los índices de criminalidad. Para que las economías y democracias de América Latina florezcan, es necesario restituir la fe en estas instituciones fundamentales.