NUEVA YORK – La globalización se hizo mala reputación estos últimos años, y a menudo por buenas razones. Pero algunos críticos, en particular el presidente estadounidense Donald Trump, atribuyen mal las culpas, y urden una imagen falsa en la que Europa, China y los países en desarrollo embaucaron a los negociadores comerciales de Estados Unidos para que aceptaran malos acuerdos que causaron los problemas actuales de los estadounidenses. Es una afirmación absurda: al fin y al cabo, fue Estados Unidos (o mejor dicho, su sector corporativo) el que escribió las reglas de la globalización en primer lugar.
NUEVA YORK – La globalización se hizo mala reputación estos últimos años, y a menudo por buenas razones. Pero algunos críticos, en particular el presidente estadounidense Donald Trump, atribuyen mal las culpas, y urden una imagen falsa en la que Europa, China y los países en desarrollo embaucaron a los negociadores comerciales de Estados Unidos para que aceptaran malos acuerdos que causaron los problemas actuales de los estadounidenses. Es una afirmación absurda: al fin y al cabo, fue Estados Unidos (o mejor dicho, su sector corporativo) el que escribió las reglas de la globalización en primer lugar.