MADRID – La visita de Barack Obama a Hiroshima ha tenido lugar en el epílogo de su mandato y ha estado cargada de un gran simbolismo, por ser el primer presidente de Estados Unidos en acudir a la ciudad y por su visión de la proliferación nuclear. Sus palabras en Hiroshima conectan con el gran discurso del presidente en Praga, pronunciado tan solo unos meses después de llegar a la Casa Blanca.
MADRID – La visita de Barack Obama a Hiroshima ha tenido lugar en el epílogo de su mandato y ha estado cargada de un gran simbolismo, por ser el primer presidente de Estados Unidos en acudir a la ciudad y por su visión de la proliferación nuclear. Sus palabras en Hiroshima conectan con el gran discurso del presidente en Praga, pronunciado tan solo unos meses después de llegar a la Casa Blanca.