TEL AVIV – En 2003, Estados Unidos -que, junto con sus aliados de la OTAN, ya habían ocupado Afganistán- derrocaron al gobierno de Saddam Hussein en Irak y doblegaron a su ejército. Los líderes de Irán, alarmados de que los estuvieran rodeando, no perdieron tiempo y le ofrecieron a Occidente un acuerdo conveniente que abarcaba todas las cuestiones polémicas, desde el desarrollo de armas nucleares -interrumpieron su programa nuclear militar- hasta la seguridad regional, incluido el proceso de paz palestino-israelí y su apoyo a Hezbollah y Hamas.
TEL AVIV – En 2003, Estados Unidos -que, junto con sus aliados de la OTAN, ya habían ocupado Afganistán- derrocaron al gobierno de Saddam Hussein en Irak y doblegaron a su ejército. Los líderes de Irán, alarmados de que los estuvieran rodeando, no perdieron tiempo y le ofrecieron a Occidente un acuerdo conveniente que abarcaba todas las cuestiones polémicas, desde el desarrollo de armas nucleares -interrumpieron su programa nuclear militar- hasta la seguridad regional, incluido el proceso de paz palestino-israelí y su apoyo a Hezbollah y Hamas.