NUEVA YORK – Hace dos años, la elección de Shinzo Abe como Primer Ministro del Japón propició el advenimiento de la “abenomía”, un plan en tres partes para rescatar la economía de un lodazal de estancamiento y deflación. Los tres componentes –o “flechas” – de la abenomía comprenden un estímulo monetario en gran escala y en forma de relajación cuantitativa y cualitativa (RCC), incluido más crédito para el sector privado; un estimulo fiscal a corto plazo, seguido de una consolidación para reducir los déficits y hacer sostenible la deuda pública; y reformas estructurales para fortalecer la oferta y el crecimiento potencial.
NUEVA YORK – Hace dos años, la elección de Shinzo Abe como Primer Ministro del Japón propició el advenimiento de la “abenomía”, un plan en tres partes para rescatar la economía de un lodazal de estancamiento y deflación. Los tres componentes –o “flechas” – de la abenomía comprenden un estímulo monetario en gran escala y en forma de relajación cuantitativa y cualitativa (RCC), incluido más crédito para el sector privado; un estimulo fiscal a corto plazo, seguido de una consolidación para reducir los déficits y hacer sostenible la deuda pública; y reformas estructurales para fortalecer la oferta y el crecimiento potencial.