CAMBRIDGE – La semana pasada, en una señal descarada de rechazo a las nuevas y duras sanciones de las Naciones Unidas, el régimen del líder norcoreano Kim Jong-un disparó un misil balístico sobre la isla japonesa de Hokkaido, ubicada al norte -su segundo lanzamiento sobre Japón en menos de tres semanas-. Pero, lejos de indicar que las sanciones no funcionan, el accionar de Kim demuestra que todavía no son lo suficientemente duras.
CAMBRIDGE – La semana pasada, en una señal descarada de rechazo a las nuevas y duras sanciones de las Naciones Unidas, el régimen del líder norcoreano Kim Jong-un disparó un misil balístico sobre la isla japonesa de Hokkaido, ubicada al norte -su segundo lanzamiento sobre Japón en menos de tres semanas-. Pero, lejos de indicar que las sanciones no funcionan, el accionar de Kim demuestra que todavía no son lo suficientemente duras.