MONTREAL – El énfasis tradicional de las organizaciones e iniciativas dedicadas a la salud mundial (y en particular, la Organización Mundial de la Salud) ha estado puesto en las enfermedades infecciosas, como la malaria (su gran fracaso) y la viruela (su mayor éxito). Pero siempre hubo un minúsculo espacio para las enfermedades no transmisibles (ENT) crónicas en países de ingresos bajos y medios (PIBM). Conforme esos países avanzan en su nivel de desarrollo, se torna más imperioso agrandar ese espacio.
MONTREAL – El énfasis tradicional de las organizaciones e iniciativas dedicadas a la salud mundial (y en particular, la Organización Mundial de la Salud) ha estado puesto en las enfermedades infecciosas, como la malaria (su gran fracaso) y la viruela (su mayor éxito). Pero siempre hubo un minúsculo espacio para las enfermedades no transmisibles (ENT) crónicas en países de ingresos bajos y medios (PIBM). Conforme esos países avanzan en su nivel de desarrollo, se torna más imperioso agrandar ese espacio.