CIUDAD DE MÉXICO – El COVID-19 ha agudizado el foco en muchos desafíos con los cuales el mundo ha venido lidiando desde hace mucho tiempo, entre ellos la creciente desigualdad, el acceso insuficiente a una atención médica y a una educación adecuadas y el cambio climático. Mucho antes de la pandemia, la gente había empezado a formular preguntas difíciles sobre la globalización y el progreso tecnológico. A pesar de toda la generación de riqueza y la reducción de la pobreza global en las últimas décadas, la oportunidad económica no ha dejado de ser esquiva para mucha gente, más allá de sus habilidades. La fractura resultante de la sociedad plantea una amenaza grave para la salud de largo plazo de las empresas, de los ciudadanos y de las economías.
CIUDAD DE MÉXICO – El COVID-19 ha agudizado el foco en muchos desafíos con los cuales el mundo ha venido lidiando desde hace mucho tiempo, entre ellos la creciente desigualdad, el acceso insuficiente a una atención médica y a una educación adecuadas y el cambio climático. Mucho antes de la pandemia, la gente había empezado a formular preguntas difíciles sobre la globalización y el progreso tecnológico. A pesar de toda la generación de riqueza y la reducción de la pobreza global en las últimas décadas, la oportunidad económica no ha dejado de ser esquiva para mucha gente, más allá de sus habilidades. La fractura resultante de la sociedad plantea una amenaza grave para la salud de largo plazo de las empresas, de los ciudadanos y de las economías.