LONDRES – El otro día, mi mujer y yo estábamos saliendo de nuestro edificio de departamentos. Apreté el botón que automáticamente abre y cierra la puerta. No pasó nada. No podíamos salir del edificio, excepto tal vez saltando por una ventana. Finalmente, el conserje, que de casualidad estaba afuera, logró abrir la puerta manualmente. Nos explicó que había habido un corte de energía. El sistema a prueba de fallos, que asimismo funcionaba electrónicamente, también había fallado. El corte de energía duró dos horas.
LONDRES – El otro día, mi mujer y yo estábamos saliendo de nuestro edificio de departamentos. Apreté el botón que automáticamente abre y cierra la puerta. No pasó nada. No podíamos salir del edificio, excepto tal vez saltando por una ventana. Finalmente, el conserje, que de casualidad estaba afuera, logró abrir la puerta manualmente. Nos explicó que había habido un corte de energía. El sistema a prueba de fallos, que asimismo funcionaba electrónicamente, también había fallado. El corte de energía duró dos horas.