NUEVA DELHI – El acuerdo en la cumbre de la OTAN celebrada en Lisboa sobre el plan de transición para contribuir a poner fin a la guerra en el Afganistán en los cuatro próximos años plantea cuestiones preocupantes sobre la seguridad regional y la lucha mundial contra el terrorismo transnacional. A medida que los Estados Unidos y otros socios de la coalición vayan reduciendo gradualmente su participación en los combates, las fuerzas afganas de seguridad, que ascenderán a 300.000 soldados después de que los nuevos reclutas reciban una formación intensiva, ocuparán su lugar, pero no es probable que esas fuerzas locales puedan mantener unido el país.
NUEVA DELHI – El acuerdo en la cumbre de la OTAN celebrada en Lisboa sobre el plan de transición para contribuir a poner fin a la guerra en el Afganistán en los cuatro próximos años plantea cuestiones preocupantes sobre la seguridad regional y la lucha mundial contra el terrorismo transnacional. A medida que los Estados Unidos y otros socios de la coalición vayan reduciendo gradualmente su participación en los combates, las fuerzas afganas de seguridad, que ascenderán a 300.000 soldados después de que los nuevos reclutas reciban una formación intensiva, ocuparán su lugar, pero no es probable que esas fuerzas locales puedan mantener unido el país.