WASHINGTON, DC – Las elecciones holandesas se constituyeron, después de algún tiempo, en la primera luz de esperanza para las personas en Europa y Estados Unidos que se encuentran profundamente preocupadas sobre si la reacción violenta contra la globalización llevará al poder a aun más partidos políticos de blancos “judeocristianos”. El primer ministro holandés, Mark Rutte, derrotó al candidato antiislamista Geert Wilders, quien había planteado el cierre de las fronteras holandesas, la clausura de las mezquitas y la prohibición del Corán.
WASHINGTON, DC – Las elecciones holandesas se constituyeron, después de algún tiempo, en la primera luz de esperanza para las personas en Europa y Estados Unidos que se encuentran profundamente preocupadas sobre si la reacción violenta contra la globalización llevará al poder a aun más partidos políticos de blancos “judeocristianos”. El primer ministro holandés, Mark Rutte, derrotó al candidato antiislamista Geert Wilders, quien había planteado el cierre de las fronteras holandesas, la clausura de las mezquitas y la prohibición del Corán.