ATENAS – Razones no le faltaban a Elon Musk para sentirse tan insatisfecho que pagó 44 000 millones de dólares por la compra de Twitter. Fue pionero de los pagos en línea, revolucionó la industria automotriz y la espacial; hizo experimentos con ambiciosas interfaces cerebro‑computadora. Sus hazañas de tecnología avanzada lo convirtieron en el emprendedor más rico del mundo. Pero ni sus logros ni su riqueza le daban acceso a la nueva clase gobernante formada por quienes gozan de los poderes que confiere el capital basado en la nube. Twitter ofrece a Musk una oportunidad de remediarlo.
ATENAS – Razones no le faltaban a Elon Musk para sentirse tan insatisfecho que pagó 44 000 millones de dólares por la compra de Twitter. Fue pionero de los pagos en línea, revolucionó la industria automotriz y la espacial; hizo experimentos con ambiciosas interfaces cerebro‑computadora. Sus hazañas de tecnología avanzada lo convirtieron en el emprendedor más rico del mundo. Pero ni sus logros ni su riqueza le daban acceso a la nueva clase gobernante formada por quienes gozan de los poderes que confiere el capital basado en la nube. Twitter ofrece a Musk una oportunidad de remediarlo.