FRÁNCFORT – Mucha gente hoy proclama que la pandemia del COVID-19 ha demostrado positivamente que la Teoría Monetaria Moderna (TMM) es el único camino a seguir por los gobiernos. Para los no iniciados, la TMM probablemente suene extremadamente sofisticada –hasta científica-. Sus representantes hablan como si hubieran desarrollado un nuevo paradigma económico comparable con la Revolución Copernicana en la astronomía. Sin embargo, detrás del título lustroso y de los pronunciamientos de políticas confiados reside un mensaje que es tan simple como peligroso, particularmente ahora que los gobiernos en todo el mundo están gastando libremente para mantener a sus economías a flote durante la pandemia.
FRÁNCFORT – Mucha gente hoy proclama que la pandemia del COVID-19 ha demostrado positivamente que la Teoría Monetaria Moderna (TMM) es el único camino a seguir por los gobiernos. Para los no iniciados, la TMM probablemente suene extremadamente sofisticada –hasta científica-. Sus representantes hablan como si hubieran desarrollado un nuevo paradigma económico comparable con la Revolución Copernicana en la astronomía. Sin embargo, detrás del título lustroso y de los pronunciamientos de políticas confiados reside un mensaje que es tan simple como peligroso, particularmente ahora que los gobiernos en todo el mundo están gastando libremente para mantener a sus economías a flote durante la pandemia.