NUEVA YORK – Muchos creen que el futuro de la humanidad se verá algún día amenazado por el avance de la inteligencia artificial (IA), tal vez encarnada en malévolos robots. Sin embargo, mientras entramos en la tercera década del milenio, no debemos temer lo extraño, sino a un enemigo mucho más antiguo: nosotros mismos.
NUEVA YORK – Muchos creen que el futuro de la humanidad se verá algún día amenazado por el avance de la inteligencia artificial (IA), tal vez encarnada en malévolos robots. Sin embargo, mientras entramos en la tercera década del milenio, no debemos temer lo extraño, sino a un enemigo mucho más antiguo: nosotros mismos.