PARÍS – La crisis económica mundial ha cobrado muchas víctimas –trabajadores desempleados, propietarios endeudados y jubilados en quiebra- sin embargo, en ningún lugar las repercusiones han sido tan devastadoras como en el mundo en desarrollo. El retroceso de las frágiles ganancias de años recientes, particularmente en África, amenaza con dejar otra vez a millones de personas en la extrema pobreza de la que apenas habían podido escapar. Además de las perspectivas de un enorme sufrimiento humano, las severas presiones económicas, políticas y sociales ahora podrían desbordar y desestabilizar a los países en desarrollo, desatando así un conflicto de proporciones sin precedentes.
PARÍS – La crisis económica mundial ha cobrado muchas víctimas –trabajadores desempleados, propietarios endeudados y jubilados en quiebra- sin embargo, en ningún lugar las repercusiones han sido tan devastadoras como en el mundo en desarrollo. El retroceso de las frágiles ganancias de años recientes, particularmente en África, amenaza con dejar otra vez a millones de personas en la extrema pobreza de la que apenas habían podido escapar. Además de las perspectivas de un enorme sufrimiento humano, las severas presiones económicas, políticas y sociales ahora podrían desbordar y desestabilizar a los países en desarrollo, desatando así un conflicto de proporciones sin precedentes.