NUEVA YORK – Los titulares son espantosos. Escasez de equipamiento esencial que obliga a los médicos a tomar decisiones en el campo de batalla sobre quien vive y quien muere. Largas filas de enfermos esperan en vano un análisis de laboratorio o una cama de hospital. Negocios, tiendas, bares y restaurantes vacíos llevan a la economía mundial a un punto muerto. Y la lúgubre contabilidad de los países más golpeados por el coronavirus COVID-19, con EE. UU. que ahora toma la delantera: con casi 61.000 casos confirmados más que China, donde tuvo lugar el brote original.
NUEVA YORK – Los titulares son espantosos. Escasez de equipamiento esencial que obliga a los médicos a tomar decisiones en el campo de batalla sobre quien vive y quien muere. Largas filas de enfermos esperan en vano un análisis de laboratorio o una cama de hospital. Negocios, tiendas, bares y restaurantes vacíos llevan a la economía mundial a un punto muerto. Y la lúgubre contabilidad de los países más golpeados por el coronavirus COVID-19, con EE. UU. que ahora toma la delantera: con casi 61.000 casos confirmados más que China, donde tuvo lugar el brote original.