NILE DELTA – A unos casi 100 kilómetros al norte de la Plaza Tahrir en El Cairo -el epicentro del levantamiento egipcio de 2011- hay una escuela secundaria a la que los estudiantes llaman "la prisión". El edificio, una caja deformada de concreto abarrotada de aulas desvencijadas, muestra las cicatrices que han dejado el paso del tiempo y la negligencia. Un maestro en el adormilado pueblo Nile Delta bromea morbosamente y dice que hace las veces de morgue. "Nunca vimos una revolución aquí", dijo hace unos meses, sin revelar su nombre por miedo a perder su trabajo. "Mucha de la esperanza que teníamos hoy está muerta… la aniquilaron".
NILE DELTA – A unos casi 100 kilómetros al norte de la Plaza Tahrir en El Cairo -el epicentro del levantamiento egipcio de 2011- hay una escuela secundaria a la que los estudiantes llaman "la prisión". El edificio, una caja deformada de concreto abarrotada de aulas desvencijadas, muestra las cicatrices que han dejado el paso del tiempo y la negligencia. Un maestro en el adormilado pueblo Nile Delta bromea morbosamente y dice que hace las veces de morgue. "Nunca vimos una revolución aquí", dijo hace unos meses, sin revelar su nombre por miedo a perder su trabajo. "Mucha de la esperanza que teníamos hoy está muerta… la aniquilaron".