JOHANNESBURGO – Uno de los errores de interpretación más habituales que cometen los dirigentes europeos respecto de la hostilidad del presidente estadounidense Donald Trump hacia los aliados tradicionales de Estados Unidos o la prontitud con que su gobierno se ha lanzado a demoler el orden internacional es suponer que nada de esto sucedió antes. Todo lo contrario.
JOHANNESBURGO – Uno de los errores de interpretación más habituales que cometen los dirigentes europeos respecto de la hostilidad del presidente estadounidense Donald Trump hacia los aliados tradicionales de Estados Unidos o la prontitud con que su gobierno se ha lanzado a demoler el orden internacional es suponer que nada de esto sucedió antes. Todo lo contrario.