DUBLÍN – Europa se enfrenta a grandes retos que son demasiado grandes para que un país por sí solo los aborde. Europa, al mismo tiempo que hace frente a la crisis económica, al desempleo generalizado y al aumento de la competencia que proviene de las economías de los países en desarrollo, debe adaptarse a los avances tecnológicos y a las nuevas modalidades de trabajo – y tiene que hacer todo esto mientras la población que envejece pone una creciente presión sobre los ya agotados presupuestos públicos. Dentro de este frágil contexto, la Unión Europea debe centrarse en la educación con el fin de nutrir los talentos y el potencial de las personas, y consiguientemente impulsar la recuperación económica y social.
DUBLÍN – Europa se enfrenta a grandes retos que son demasiado grandes para que un país por sí solo los aborde. Europa, al mismo tiempo que hace frente a la crisis económica, al desempleo generalizado y al aumento de la competencia que proviene de las economías de los países en desarrollo, debe adaptarse a los avances tecnológicos y a las nuevas modalidades de trabajo – y tiene que hacer todo esto mientras la población que envejece pone una creciente presión sobre los ya agotados presupuestos públicos. Dentro de este frágil contexto, la Unión Europea debe centrarse en la educación con el fin de nutrir los talentos y el potencial de las personas, y consiguientemente impulsar la recuperación económica y social.