CAMBRIDGE – Durante los últimos seis años me he mostrado escéptico respecto del optimismo en los habituales pronósticos anuales sobre el ritmo del crecimiento económico estadounidense. Donde la mayoría de los analistas y funcionarios políticos veía retoños y motivos de confianza, yo percibía fuertes vientos de proa que causarían una caída económica y una recuperación inadecuada.
CAMBRIDGE – Durante los últimos seis años me he mostrado escéptico respecto del optimismo en los habituales pronósticos anuales sobre el ritmo del crecimiento económico estadounidense. Donde la mayoría de los analistas y funcionarios políticos veía retoños y motivos de confianza, yo percibía fuertes vientos de proa que causarían una caída económica y una recuperación inadecuada.