CAMBRIDGE – Recientemente, cuatro de los reguladores financieros más importantes –el Banco de Inglaterra, la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) de Alemania, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) de EE. UU. y la Autoridad Suiza de Supervisión de Mercados Financieros– solicitaron al sector mundial de los derivados que cambie su forma de trabajo. La cuestión ahora es si los reguladores pueden lograrlo con un pedido en vez de con algo más sustancial. No será fácil.
CAMBRIDGE – Recientemente, cuatro de los reguladores financieros más importantes –el Banco de Inglaterra, la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) de Alemania, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) de EE. UU. y la Autoridad Suiza de Supervisión de Mercados Financieros– solicitaron al sector mundial de los derivados que cambie su forma de trabajo. La cuestión ahora es si los reguladores pueden lograrlo con un pedido en vez de con algo más sustancial. No será fácil.