PARÍS – El cargo de primer ministro de Italia es uno de los peores empleos del mundo; parafraseando al filósofo inglés Thomas Hobbes, la vida en ese puesto habitualmente es desagradable, salvaje y corta. Muy corta, de hecho: desde que Angela Merkel asumió como canciller alemana en 2005, tuvo ocho contrapartes en Italia.
PARÍS – El cargo de primer ministro de Italia es uno de los peores empleos del mundo; parafraseando al filósofo inglés Thomas Hobbes, la vida en ese puesto habitualmente es desagradable, salvaje y corta. Muy corta, de hecho: desde que Angela Merkel asumió como canciller alemana en 2005, tuvo ocho contrapartes en Italia.