NEW HAVEN – Invariablemente, los políticos estadounidenses culpan al comercio de ser enemigo de la clase media y generar la mayor presión sobre el empleo y los salarios. La actual campaña presidencial no es la excepción: tanto los republicanos como los demócratas apuntan a China y al Acuerdo Transpacífico, llamándolos el azote de los atribulados trabajadores estadounidenses. Si bien puede que sea una explicación conveniente en términos políticos, la verdad es muy diferente.
NEW HAVEN – Invariablemente, los políticos estadounidenses culpan al comercio de ser enemigo de la clase media y generar la mayor presión sobre el empleo y los salarios. La actual campaña presidencial no es la excepción: tanto los republicanos como los demócratas apuntan a China y al Acuerdo Transpacífico, llamándolos el azote de los atribulados trabajadores estadounidenses. Si bien puede que sea una explicación conveniente en términos políticos, la verdad es muy diferente.