NUEVA YORK – Imaginemos al dirigente norcoreano, Kim Jong-un, vestido con un esmoquin, esperando nervioso en el altar (o capilla) de su abuelo, Kim Il-sung, y de su padre, Kim Jong-il. Contempla el rostro de su futura esposa esperando el momento en que podrá besarla. Por supuesto, un evento como ese solo puede imaginarse en la Corea del Norte actual. En las fotografías que se presentaron al mundo del nuevo matrimonio cuya unión se acaba de dar a conocer, la pareja aparece solemne pero contenta, juntos aunque guardando una distancia apropiada, o ella lo sigue unos pasos atrás.
NUEVA YORK – Imaginemos al dirigente norcoreano, Kim Jong-un, vestido con un esmoquin, esperando nervioso en el altar (o capilla) de su abuelo, Kim Il-sung, y de su padre, Kim Jong-il. Contempla el rostro de su futura esposa esperando el momento en que podrá besarla. Por supuesto, un evento como ese solo puede imaginarse en la Corea del Norte actual. En las fotografías que se presentaron al mundo del nuevo matrimonio cuya unión se acaba de dar a conocer, la pareja aparece solemne pero contenta, juntos aunque guardando una distancia apropiada, o ella lo sigue unos pasos atrás.