CAMBRIDGE – El hecho de que el mundo no experimentara una crisis financiera sistémica en 2022 es un pequeño milagro, dada el alza de la inflación y las tasas de interés, para no mencionar un enorme incremento del riesgo geopolítico. Pero considerando que la deuda pública y privada ha aumentado a niveles sin precedentes durante la época ya pasada de tasas de interés ultrabajas, y riesgos de recesión altos, el sistema financiero global enfrenta una enorme prueba de tensión. Una crisis en una economía avanzada -por ejemplo, Japón o Italia- sería difícil de contener.
CAMBRIDGE – El hecho de que el mundo no experimentara una crisis financiera sistémica en 2022 es un pequeño milagro, dada el alza de la inflación y las tasas de interés, para no mencionar un enorme incremento del riesgo geopolítico. Pero considerando que la deuda pública y privada ha aumentado a niveles sin precedentes durante la época ya pasada de tasas de interés ultrabajas, y riesgos de recesión altos, el sistema financiero global enfrenta una enorme prueba de tensión. Una crisis en una economía avanzada -por ejemplo, Japón o Italia- sería difícil de contener.