NUEVA YORK - La semana pasada supe que no tengo cáncer. Mi doctor me llamó diciendo: "¡Tengo buenas noticias para ti!" Afortunadamente en ese momento estábamos en mi oficina en medio de una simulación de evacuación en caso de incendio, así que nadie advirtió mis lágrimas de alivio.
NUEVA YORK - La semana pasada supe que no tengo cáncer. Mi doctor me llamó diciendo: "¡Tengo buenas noticias para ti!" Afortunadamente en ese momento estábamos en mi oficina en medio de una simulación de evacuación en caso de incendio, así que nadie advirtió mis lágrimas de alivio.