NUEVA YORK – Si bien el resultado sigue siendo incierto, la elección presidencial de Afganistán ha demostrado que el pueblo afgano anhela un liderazgo más responsable. Pero no resulta menos claro que esta aspiración dista de concretarse, y que la burda gobernancia del país está sentando un cimiento peligrosamente débil para el compromiso internacional.
NUEVA YORK – Si bien el resultado sigue siendo incierto, la elección presidencial de Afganistán ha demostrado que el pueblo afgano anhela un liderazgo más responsable. Pero no resulta menos claro que esta aspiración dista de concretarse, y que la burda gobernancia del país está sentando un cimiento peligrosamente débil para el compromiso internacional.