El 2 de julio pasado México celebró unas elecciones presidenciales que generaron lo que se ha convertido en una amarga lucha política. Después de que el candidato conservador Felipe Calderón fuera declarado vencedor con menos de un 1% de diferencia de los votos, su rival populista, Andrés Manuel López Obrador, rápidamente denunció la existencia de un fraude. Durante los últimos dos meses, miles de los más fervientes partidarios de López Obrador transformaron el Zócalo, la plaza central de la Ciudad de México, en un mar de tiendas de campaña y en el centro de gravedad de la oposición al resultado oficial.
El 2 de julio pasado México celebró unas elecciones presidenciales que generaron lo que se ha convertido en una amarga lucha política. Después de que el candidato conservador Felipe Calderón fuera declarado vencedor con menos de un 1% de diferencia de los votos, su rival populista, Andrés Manuel López Obrador, rápidamente denunció la existencia de un fraude. Durante los últimos dos meses, miles de los más fervientes partidarios de López Obrador transformaron el Zócalo, la plaza central de la Ciudad de México, en un mar de tiendas de campaña y en el centro de gravedad de la oposición al resultado oficial.