Mientras Estados Unidos se prepara para celebrar la ceremonia de asunción de su primer presidente afro-norteamericano, nuevamente exhibe uno de los mejores aspectos de su identidad nacional. Aunque llevó más de 200 años llegar a este punto, los observadores extranjeros, especialmente en Europa, se asombran ante la ascendencia de Barack Obama. Reconocen desde su propia marginación relativa de la gente de color o de los inmigrantes que no hay ningún Obama francés, alemán, italiano o británico en el horizonte, y se preguntan: ¿cómo lo hace Estados Unidos?
Mientras Estados Unidos se prepara para celebrar la ceremonia de asunción de su primer presidente afro-norteamericano, nuevamente exhibe uno de los mejores aspectos de su identidad nacional. Aunque llevó más de 200 años llegar a este punto, los observadores extranjeros, especialmente en Europa, se asombran ante la ascendencia de Barack Obama. Reconocen desde su propia marginación relativa de la gente de color o de los inmigrantes que no hay ningún Obama francés, alemán, italiano o británico en el horizonte, y se preguntan: ¿cómo lo hace Estados Unidos?