CAMBRIDGE.– La economía mundial está ingresando en una nueva fase, en la cual lograr la cooperación global será cada vez más difícil. Estados Unidos y la Unión Europea, complicados por la carga de sus grandes deudas y bajo crecimiento –y por lo tanto, preocupados por cuestiones internas–, ya no son capaces de fijar las reglas mundiales y esperar que los demás se adecuen a ellas.
CAMBRIDGE.– La economía mundial está ingresando en una nueva fase, en la cual lograr la cooperación global será cada vez más difícil. Estados Unidos y la Unión Europea, complicados por la carga de sus grandes deudas y bajo crecimiento –y por lo tanto, preocupados por cuestiones internas–, ya no son capaces de fijar las reglas mundiales y esperar que los demás se adecuen a ellas.