Ciudad de México – Aun cuando gran parte de Latinoamérica participa en celebraciones casi de hipérbole por los renovados vínculos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos, el continente enfrenta dos grandes desafíos. El primero –la caída del crecimiento económico a menos del 1 % en promedio en toda la región– ya se ha discutido vastamente; la explicación predominante es que la reducción del crecimiento económico chino ha sofocado los precios de las materias primas y, con ellos, los ingresos latinoamericanos por exportaciones. Pero es el segundo –el resurgimiento de la corrupción– el desafío que está resultando más interesante.
Ciudad de México – Aun cuando gran parte de Latinoamérica participa en celebraciones casi de hipérbole por los renovados vínculos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos, el continente enfrenta dos grandes desafíos. El primero –la caída del crecimiento económico a menos del 1 % en promedio en toda la región– ya se ha discutido vastamente; la explicación predominante es que la reducción del crecimiento económico chino ha sofocado los precios de las materias primas y, con ellos, los ingresos latinoamericanos por exportaciones. Pero es el segundo –el resurgimiento de la corrupción– el desafío que está resultando más interesante.