BERLÍN – Tal vez Christine Lagarde, designada para suceder en noviembre al presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, espere que su trabajo sea algo más fácil que el de su predecesor. Pero es probable que sea al revés. Aunque a Draghi le tocó guiar al BCE en años de crisis, Lagarde tendrá que promover reformas en la eurozona en un momento de creciente polarización entre los gobiernos de los estados miembros. Para proteger la independencia y efectividad del BCE, tendrá que apelar a todas sus habilidades de mediadora política, gestora de crisis y comunicadora eficaz.
BERLÍN – Tal vez Christine Lagarde, designada para suceder en noviembre al presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, espere que su trabajo sea algo más fácil que el de su predecesor. Pero es probable que sea al revés. Aunque a Draghi le tocó guiar al BCE en años de crisis, Lagarde tendrá que promover reformas en la eurozona en un momento de creciente polarización entre los gobiernos de los estados miembros. Para proteger la independencia y efectividad del BCE, tendrá que apelar a todas sus habilidades de mediadora política, gestora de crisis y comunicadora eficaz.