MOSCÚ – Una agenda revanchista, impulsada por el deseo de rectificar los errores históricos percibidos, reside en el corazón de la política exterior de Rusia y explica el razonamiento detrás de su guerra en Ucrania. Pero lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, parece haber olvidado es que reescribir la historia para servir a los intereses de quienes están en el poder tiende a generar disenso y, muchas veces, resulta contraproducente.
MOSCÚ – Una agenda revanchista, impulsada por el deseo de rectificar los errores históricos percibidos, reside en el corazón de la política exterior de Rusia y explica el razonamiento detrás de su guerra en Ucrania. Pero lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, parece haber olvidado es que reescribir la historia para servir a los intereses de quienes están en el poder tiende a generar disenso y, muchas veces, resulta contraproducente.