NUEVA YORK – Para bien o para mal, los debates de política económica en Estados Unidos, independientemente de su relevancia, a menudo hicieron eco en otros lugares. El recientemente electo gobierno del primer ministro de Australia Tony Abbott ofrece un buen ejemplo de ello.
NUEVA YORK – Para bien o para mal, los debates de política económica en Estados Unidos, independientemente de su relevancia, a menudo hicieron eco en otros lugares. El recientemente electo gobierno del primer ministro de Australia Tony Abbott ofrece un buen ejemplo de ello.