Washington DC – Más a menudo de lo que se cree, hay muchos motivos para preguntarse por qué alguien querría ser presidente de Estados Unidos. Es cierto, implica la gloria de ser electo para ocupar el puesto más poderoso del país, escuchar el «Saludo al Jefe» (la canción Hail to the Chief), recibir saludos militares y ser llamado «Sr. Presidente»; puedes ocupar la cabecera en los elegantes banquetes del estatales y nunca tienes que esperar un turno para jugar al golf. De todas formas, una y otra vez vemos encanecer los cabellos presidenciales (los de Joe Biden, por supuesto, ya lo han hecho, pero la presión por el cargo se manifestará de algún modo).
Washington DC – Más a menudo de lo que se cree, hay muchos motivos para preguntarse por qué alguien querría ser presidente de Estados Unidos. Es cierto, implica la gloria de ser electo para ocupar el puesto más poderoso del país, escuchar el «Saludo al Jefe» (la canción Hail to the Chief), recibir saludos militares y ser llamado «Sr. Presidente»; puedes ocupar la cabecera en los elegantes banquetes del estatales y nunca tienes que esperar un turno para jugar al golf. De todas formas, una y otra vez vemos encanecer los cabellos presidenciales (los de Joe Biden, por supuesto, ya lo han hecho, pero la presión por el cargo se manifestará de algún modo).