NUEVA YORK - En raras ocasiones -de hecho, tal vez no desde la Segunda Guerra Mundial- los japoneses han tenido tanta buena prensa en el extranjero. Hasta los periódicos de Corea del Sur han abundando en palabras de elogio por la autodisciplina de los japoneses comunes y corrientes en circunstancias extremas. Y, viniendo de los coreanos, por lo general no grandes fanáticos de Japón, eso no es poca cosa.
NUEVA YORK - En raras ocasiones -de hecho, tal vez no desde la Segunda Guerra Mundial- los japoneses han tenido tanta buena prensa en el extranjero. Hasta los periódicos de Corea del Sur han abundando en palabras de elogio por la autodisciplina de los japoneses comunes y corrientes en circunstancias extremas. Y, viniendo de los coreanos, por lo general no grandes fanáticos de Japón, eso no es poca cosa.