RZESZOW – Cuando ya están en marcha los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi, Rusia vuelve a estar en el candelero mundial y el Presidente Vladimir Putin está aprovechando la oportunidad para presentar su país como una potencia resurgente, pero, bajo la jactancia y la fanfarria, hay dudas poderosas sobre el futuro de Rusia. En realidad, las tendencias a largo plazo de los precios de los recursos minerales de los que depende su economía, junto con la historia de Rusia (en particular, los dos últimos decenios de gobierno soviético), indican que la suerte de Putin puede muy bien estar a punto de acabarse.
RZESZOW – Cuando ya están en marcha los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi, Rusia vuelve a estar en el candelero mundial y el Presidente Vladimir Putin está aprovechando la oportunidad para presentar su país como una potencia resurgente, pero, bajo la jactancia y la fanfarria, hay dudas poderosas sobre el futuro de Rusia. En realidad, las tendencias a largo plazo de los precios de los recursos minerales de los que depende su economía, junto con la historia de Rusia (en particular, los dos últimos decenios de gobierno soviético), indican que la suerte de Putin puede muy bien estar a punto de acabarse.