VIENA – El triunfo de Recep Tayyip Erdoğan en las primeras elecciones presidenciales directas celebradas en Turquía no es una sorpresa. Erdoğan es popular y, como Primer Ministro desde 2003, ha ido montado en una ola de éxito económico, pero también es un populista, que ha intensificado constantemente su control del Estado y de los medios de comunicación, al tiempo que demonizaba a todos los críticos (incluidos antiguos aliados, como el clérigo expatriado Fethullah Gülen).
VIENA – El triunfo de Recep Tayyip Erdoğan en las primeras elecciones presidenciales directas celebradas en Turquía no es una sorpresa. Erdoğan es popular y, como Primer Ministro desde 2003, ha ido montado en una ola de éxito económico, pero también es un populista, que ha intensificado constantemente su control del Estado y de los medios de comunicación, al tiempo que demonizaba a todos los críticos (incluidos antiguos aliados, como el clérigo expatriado Fethullah Gülen).