BRUSELAS – Muchos políticos europeos elogian a la red de Internet. Desafortunadamente, su rimbombante retórica a menudo suena hueca. Mientras que con mucho entusiasmo hacen un llamado a la adopción de una agenda digital sólida, frecuentemente ellos mismos, apoyados por intereses proteccionistas en sus países, abogan a favor de poner un freno a la “perturbación” que causa Internet mediante la imposición de regulaciones nuevas y estrictas.
BRUSELAS – Muchos políticos europeos elogian a la red de Internet. Desafortunadamente, su rimbombante retórica a menudo suena hueca. Mientras que con mucho entusiasmo hacen un llamado a la adopción de una agenda digital sólida, frecuentemente ellos mismos, apoyados por intereses proteccionistas en sus países, abogan a favor de poner un freno a la “perturbación” que causa Internet mediante la imposición de regulaciones nuevas y estrictas.