BERKELEY – Desde el inicio mismo del experimento estadounidense, Alexander Hamilton, uno de los fundadores del nuevo país, tenía serias dudas sobre la democracia. “Es imposible leer la historia de las pequeñas repúblicas griegas o italianas sin sentirse asqueado y horrorizado ante (…) un estado de perpetua oscilación entre los extremos de la tiranía y la anarquía”, escribió en El Federalista, IX.
BERKELEY – Desde el inicio mismo del experimento estadounidense, Alexander Hamilton, uno de los fundadores del nuevo país, tenía serias dudas sobre la democracia. “Es imposible leer la historia de las pequeñas repúblicas griegas o italianas sin sentirse asqueado y horrorizado ante (…) un estado de perpetua oscilación entre los extremos de la tiranía y la anarquía”, escribió en El Federalista, IX.