STANFORD – Una sociedad exitosa necesita que el gobierno sea eficaz, asequible y que realice bien sus funciones, incluida la obtención de suficientes ingresos para financiarlas. Pero un gobierno excesivamente grande, centralizado, burocrático y caro reduce sustancialmente la economía privada al erosionar la iniciativa y la responsabilidad individual; desplazar a la inversión privada, el consumo y la caridad; y dañar los incentivos con elevadas tasas impositivas. También corre el riesgo de desplazar por otras a funciones gubernamentales necesarias, como la defensa. Así es, en pocas palabras, la Europa actual; y Estados Unidos la sigue de cerca.
STANFORD – Una sociedad exitosa necesita que el gobierno sea eficaz, asequible y que realice bien sus funciones, incluida la obtención de suficientes ingresos para financiarlas. Pero un gobierno excesivamente grande, centralizado, burocrático y caro reduce sustancialmente la economía privada al erosionar la iniciativa y la responsabilidad individual; desplazar a la inversión privada, el consumo y la caridad; y dañar los incentivos con elevadas tasas impositivas. También corre el riesgo de desplazar por otras a funciones gubernamentales necesarias, como la defensa. Así es, en pocas palabras, la Europa actual; y Estados Unidos la sigue de cerca.