Durante más de una década, Italia ha estado gobernada por un sistema político bipolar. Los electores podían elegir entre una coalición de izquierda y una coalición de derecha. Quienes se desilusionaban con el gobierno en turno podían votar por la oposición. Y la existencia de una alternativa viable ha tenido como efecto que los políticos se disciplinen: no es gratuito que el gobierno de Silvio Berlusconi haya llegado al final de su período de gobierno.
Durante más de una década, Italia ha estado gobernada por un sistema político bipolar. Los electores podían elegir entre una coalición de izquierda y una coalición de derecha. Quienes se desilusionaban con el gobierno en turno podían votar por la oposición. Y la existencia de una alternativa viable ha tenido como efecto que los políticos se disciplinen: no es gratuito que el gobierno de Silvio Berlusconi haya llegado al final de su período de gobierno.