ROMA – La reciente elección de Italia -en la que los votantes rechazaron a los partidos tradicionales en favor de movimientos anti-establishment y de extrema derecha, dando lugar a un parlamento sin mayoría absoluta- debería servir como un llamado de atención para Europa. El proyecto de décadas de construir una unidad europea tal vez no sólo sea menos robusto de lo que se suponía; sin un replanteamiento significativo, quizá ni siquiera sea viable.
ROMA – La reciente elección de Italia -en la que los votantes rechazaron a los partidos tradicionales en favor de movimientos anti-establishment y de extrema derecha, dando lugar a un parlamento sin mayoría absoluta- debería servir como un llamado de atención para Europa. El proyecto de décadas de construir una unidad europea tal vez no sólo sea menos robusto de lo que se suponía; sin un replanteamiento significativo, quizá ni siquiera sea viable.