LONDRES – Mientras Italia se aproxima a lo que promete ser una de sus elecciones generales más polémicas desde 1945, los bancos son como un elefante en la sala de estar. Por ser demasiado grandes y torpes como para pasar inadvertidos, son una causa constante de bochorno para los partidos que han estado en el gobierno desde la crisis financiera global de 2008, especialmente para el primer ministro Matteo Renzi, que aspira a reanimar su carrera política en marzo. También son un blanco anti-establishement tentador para los populistas del Movimiento 5 Estrellas.
LONDRES – Mientras Italia se aproxima a lo que promete ser una de sus elecciones generales más polémicas desde 1945, los bancos son como un elefante en la sala de estar. Por ser demasiado grandes y torpes como para pasar inadvertidos, son una causa constante de bochorno para los partidos que han estado en el gobierno desde la crisis financiera global de 2008, especialmente para el primer ministro Matteo Renzi, que aspira a reanimar su carrera política en marzo. También son un blanco anti-establishement tentador para los populistas del Movimiento 5 Estrellas.