NUEVA YORK – Hoy más que nunca, la Unión Europea necesita unidad para afirmar sus valores e intereses en una era en la que el liderazgo global de Estados Unidos está al borde del colapso, China está en ascenso, y Rusia oscila una vez más entre la cooperación y la confrontación con la UE. Dividida, la UE es un mero espectador impotente de la agitación geopolítica. Unida, puede desempeñar un papel global crucial, gracias a su exclusiva combinación de prosperidad, democracia, ambientalismo, innovación y justicia social. Pero que la UE recupere la unidad de propósito o se hunda en el desorden depende de lo que está ocurriendo en Italia.
NUEVA YORK – Hoy más que nunca, la Unión Europea necesita unidad para afirmar sus valores e intereses en una era en la que el liderazgo global de Estados Unidos está al borde del colapso, China está en ascenso, y Rusia oscila una vez más entre la cooperación y la confrontación con la UE. Dividida, la UE es un mero espectador impotente de la agitación geopolítica. Unida, puede desempeñar un papel global crucial, gracias a su exclusiva combinación de prosperidad, democracia, ambientalismo, innovación y justicia social. Pero que la UE recupere la unidad de propósito o se hunda en el desorden depende de lo que está ocurriendo en Italia.